Dicen que tener paciencia es una virtud, pero este no es el caso para Olaf Mortensen, que no puede esperar a que el buenorro Jeroen Mondrian cuelgue el teléfono para comerse su verga gruesa y venosa. Comienza a mamársela lentamente y luego con mas fuerza, lo que hace que Jeroen quiera metérsela donde más le gusta, bombeando con fuerza y con un final muy bueno, con el culo de Olaf lleno de leche, por dentro y por fuera.
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